El último informe del Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), publicado durante el año 2000, anunció de manera incontrastable el advenimiento de la era de las redes. Bajo el pomposo nombre de “Poner el adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano”, el informe suscribe una de las tesis más comunes en cuanto al diagnóstico del efecto que producen los adelantos tecnológico-comunicativos en la sociedad contemporánea.
“Las transformaciones tecnológicas actuales se entrelazan con otra transformación, a saber, la mundialización, y juntas van creando un nuevo paradigma: la era de las redes. Esas transformaciones aumentan las oportunidades, así como las recompensas sociales y económicas de la creación y el empleo de la tecnología. Están alterando también la forma de crear la tecnología, quién la crea y quién la posee, y cómo se hace accesible y se emplea. De este modo se va conformando un nuevo mapa de innovación y difusión. Por todo el mundo, desde Silicon Valley en California hasta Bangalore en la India, e incluso El Ghazala en Túnez surgen nodos de crecimiento tecnológico, es decir, centros donde se aglutinan institutos de investigación, nuevos negocios y capital de riesgo, que se vinculan mediante redes de desarrollo tecnológico. Pero estas nuevas redes y oportunidades se superponen en otro mapa que refleja la larga historia de difusión desigual de la tecnología, tanto dentro de los países como entre ellos”.
Ahora bien, la perspectiva sostenida por las Naciones Unidas no dice nada sobre el interrogante fundamental que subyace a esta cuestión tan discutida hoy, respecto de si las tecnologías son neutrales en el proceso de desarrollo actual de las sociedades o, como sugieren algunos autores críticos, si éstas, convertidas en el instrumento fundamental de las nuevas dinámicas socioeconómicas, son corresponsables del aceleramiento y profundización de las injusticias sociales que caracterizan nuestro mundo.
Acaso la pregunta que a principios de los noventa proponía Néstor García Canclini se halla vuelto obsoleta. Si había otra forma de globalizarnos que no fuera la que prescribían las políticas neoliberales, la oportunidad parece haber quedado lejana. Por el contrario, quizás la alternativa que sugieren ciertos sectores marginales sea la respuesta de Bin Laden: la globalización del terrorismo. No es paradógico entonces que estos hechos, el discurso pausterizado de las redes de las Naciones Unidas, y el discurso mesiánico del terrorismo internacional, se articulen como las dos caras de la misma moneda. De un lado el tono paternal de los grandes organismos multilaterales que le advierten a los pobres sobre sus dificultades para desarrollarse, como si en las dinámicas sociopolíticas los estados poderosos que los financian no fueran actores principales de ese drama. Por el otro, las voces proféticas que inscriben sus discursos en la larga historia de esos pueblos dominados, pero omiten su propia responsabilidad en esa historia, muchas veces cómplice (militar y económicamente) del demonio que hoy denuncian.
La pregunta que cabe hacerse, entonces, es de qué modo integrar en este debate sobre la sociedad de la información las posibilidades de un desarrollo autónomo, equitativo y democrático, que permita evitar que las alternativas en la globalización económica se reduzcan a los discursos religiosos de la administración Bush o de Al Qaeda. Nunca será suficiente recordar que el demonio no está en ninguno de los dos lados, que en todo caso lo que sí está en ambos son los intereses de grupos y facciones, su increible capacidad de abstraerse de las pérdidas de vidas humanas y de sus propias responsabilidades en hacer del mundo un lugar inhóspito.
Florencia Saintout
Jorge Huergo
Directores
Indice
ANCLAJES
“El Reinado de las Utopías Conservadoras”
Enrique Bustamante
“Cuando la Abundancia Produce Escasez”
Martín Becerra
“Comunicación y la Economía Política de Internet”
Ricardo Siqueira Bolaño
“El Nuevo Informe Mc Bride”
María Victoria Martín
“Las Comunidades del Conocimiento”
Martín Cortés
“El Combate contra la Brecha Tecnológica en Brasil”
Ada Cristina Machado
“¿Promesa de Futuro o Salto al Vacio?”
Delia Crovi Druetta
CONVERSACIONES
Entrevista a Alcira Argumedo.
“No hay Base Social para Sostener este Modelo Durante Largo Tiempo Más”
por Daniel Caferra
NOTA AL PIE
“Magia y Mercado”
Renato Ortíz